“Las vacunas permitieron salvar 150 millones de vidas en las últimas cinco décadas”, dice la declaración aprobada por unanimidad por el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) en la última sesión del año. Se trata de un documento que contiene abundante argumentación en defensa de las campañas de vacunación que contrarrestan con datos científicos los argumentos antivacunas.
El contundente pronunciamiento, impulsado por las decanas de las facultades de Ciencias Médicas y Ciencias del Ambiente y la Salud, Silvia Ávila y Anahí Álvarez, respectivamente, insta a “los gobiernos, en sus distintos niveles, a desarrollar políticas activas de educación y de implementación de campañas de vacunación que permitan revertir esta tendencia que anticipa una vuelta a un pasado que creíamos superado”.

Mediante esta declaración aprobada en la sesión del miércoles 3, la UNCo se suma “a las voces de los ministros de Salud de las provincias argentinas, de las sociedades científicas, de las organizaciones nacionales e internacionales dedicadas al cuidado de la salud de las comunidades, instando a las personas de nuestra comunidad a fortalecer su sistema inmune a través de la administración de las vacunas disponibles de forma gratuita en nuestro Calendario de Vacunación, vacunas que son seguras y eficientes”.
“La implementación de programas de vacunación ha permitido el control de enfermedades contagiosas que causaban innumerables muertes de personas en la infancia y también en la edad adulta. Se estima que las vacunas permitieron salvar 150 millones de vidas en las últimas cinco décadas”, apunta la declaración en los considerandos.
También ilustra que “gracias a las vacunas desaparecieron enfermedades endémicas en nuestro país como el sarampión (año 2000) y la poliomielitis (1984)” al tiempo que destaca que “los profesionales de la salud menores de cincuenta años nunca vieron pacientes con sarampión o polio”.
El documento puntualiza que “microorganismos como hepatitis B, hepatitis A, tétanos, difteria, coqueluche, agentes de meningitis bacteriana, fiebre amarilla, tuberculosis, etc, siguen estando presentes en la naturaleza” y recuerda que sólo las vacunas han permitido controlarlos.
«Otra función de las vacunas es regular la circulación en el ambiente de los microorganismos patógenos causantes de las enfermedades infecciosas. Estos microorganismos no tienen reservorio donde habitar, cuando los programas de vacunación son efectivos, disminuyendo su tasa de transmisión”, se aclara en el
;Por último, la declaración advierte que “en nuestro país contemplamos azorados cómo en la Cámara de Diputados de Nación, con una cobertura mediática que no se dispone para las campañas destinadas al cuidado de la salud, se ponía en duda la efectividad y la seguridad de las vacunas”.




