“Como sociedad no tenemos que dar ni un paso atrás” dijo el vicerrector de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), Paúl Osovnikar, en alusión a los riesgos que existen en el contexto de las elecciones presidenciales a partir de propuestas que implican retrocesos en la conquistas de derechos y ante el avance “de personajes de la vida política que niegan abiertatamente el Terrorismo de Estado”.
Las declaraciones de Osovnikar fueron formuladas ayer a la tarde durante el acto de inauguración del programa universitario “La casa de Leticia”, una residencia para estudiantes ubicada en Cipolletti que se transformó en sitio de memoria de la última dictadura cívico militar. La vivienda tiene perfil de casa agroecológica.
“Debemos matener viva la memoria por Leticia, por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y por los 30 mil desaparecidos”, dijo el vicerrector. Acompañaron a Osovnikar las decanas de las facultades Ingeniería y Ciencias Médicas Ana Basset y Silvia Ávila respectivamente, y el decano de la Facultad de Turismo, Carlos Espinosa, además de secretarias y secretarios del gabinete del rectorado y personal no docente afectado al área de las residencias.
La vivienda que se transformó en residencia estudiantil perteneció a la familia de Noemí Labrune, fundadora de la APDH, firme defensora de los derechos humanos y promotora de las causas por delitos de lesa humanidad en la región. Ella la donó a la UNCo con un objetivo específico que se materializó en un programa que el Consejo Superior de la UNCo aprobó el pasado 13 de setiembre.
La La vivienda lleva el nombre Leticia Veraldi, joven militante del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Vicente López, de Buenos Aires, que en 1976 llegó a la casa de la familia Labrune a pedido de los padres de la joven que consideraban que iba a estar más segura en el Alto Valle. Pero el 4 de julio de 1977 fue secuestrada por los servicios de inteligencia del Comando de la Sexta Brigada de Montaña en Cipolletti y trasladada al centro clandestino de detención La Escuelita. Leticia aún permanece desaparecida.
“Este es un espacio de memoria de Cipolletti y de la región”, dijo el coordinador de Gabinete, Alejo Simonelli al hablar en este acto. Simonelli brinó detalles de esta propuesta y recordó que el legado que dejó Labrune apunta a una residencia que brinde oportunidades a estudiantes “comprometidos con la sociedad y con lo valores de la universidad pública”.
En el acto de ayer celebrado en la residencia ubicada en Villegas 775, donde hubo presentaciones musicales, de una banda de la escuela a la que concurría Leticia en la apertura y de la chelista Cellia Eymann.
El programa de la UNCo es un plan interdisciplinario que involucra a diferentes áreas para consolidar un espacio de Memoria, Verdad y Justicia y la transformación de la residencia estudiantil que en una vivienda sustentable. Ese espacio alberga a 10 estudiantes.
Antecedentes
En el 2015, Noemí Fiorito de Labrune y su hija Albertina Labrune, decidieron donar el inmueble ubicado en Villegas 775 de Cipolletti, Río Negro, y desde el año siguiente se realizaron trabajos que permitieron utilizar la casa para residencias estudiantiles. En el 2018, el Consejo Superior aprobó la donación de Noemí Labrune que solicitó, antes de la firma del traslado del dominio, el cumplimiento de algunos requisitos.
Pidió que las residencias se destinen a estudiantes sin recursos para solventar sus gastos y que cursen carreras relacionadas al cuidado de la salud y de protección ambiental. También que exista un programa de formación y concientización en defensa de derechos humanos, políticos, sociales, económicos, culturales y del ambiente, y que la vivienda se transforme en sustentable incorporando, por ejemplo, energía solar.
