La Universidad Nacional del Comahue (UNCo) a través de la Facultad de Ingeniería, trabaja en el diseño y construcción de un nuevo satélite: el Pehuensat III, un picosatélite (así se define a su categoría) que cabe en la palma de la mano y que proporcionará información sobre temperatura, calidad del aire, del agua, intensidad de tráfico, variables atmosféricas y geológicas, entre otras valiosas informaciones.
La semana próxima será presentado en una vidriera top en la materia: el Decimosegundo Congreso Argentino de Tecnología Espacial que se llevará a cabo en Mendoza.
Tras la exitosa experiencia del Pehuensat, puesto en órbita en el 2007, y de otros desarrollos de la Universidad que permitieron acumular en las últimas dos décadas conocimientos y experiencias, como los globos cápsula y el proyecto PADE (Paquete Argentino de Experimentos), el nuevo satélite recogerá datos y los descargará en la estación terrena Neuquén ubicada en la misma Facultad de Ingeniería.
Esa información luego será publicada en una página web y estará a disposición de los usuarios. La página web ofrecerá diferentes formatos de presentación de la información para facilitar el análisis estadístico.
El nuevo satélite estará terminado en 2024, dijo Marcelo Araoz, ingeniero Electrónico y magíster en Enseñanza. Él comanda un equipo integrado por 12 alumnos y alumnas de la Facultad de Ingeniería y seis docentes, entre los que está Jorge Lassig, uno de los promotores del Pehuensat.
La presentación del Pehuensat III se formalizó en octubre último en el concurso INNOVAR del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y la semana próxima estará en el aludido congreso de Mendoza que se realizará del 12 al 14 de este mes en Mendoza.
En el país solo otras tres universidades están trabajando en proyectos de satélite: la Universidad Nacional de La Plata, la de Misiones y la Facultad Regional de la UTN de Haedo.
Se espera que el nuevo satélite de la UNCo tenga una vida útil de al menos cinco años y el proceso de diseño y construcción demorará un año y medio, estimó Araoz.
Este equipo contará con diferenciales que la industria aeroespacial valora mucho: antena de comunicación desplegable, un sistema de inteligencia artificial para transmitir solo en territorio argentino y un sistema de arranque y despliegue luego de detectar el despegue del cohete que lo pondrá en órbita.
El diseño y la construcción se realiza íntegramente en la Facultad de Ingeniería con la participación de los departamento de Mecánica y Electrotecnia. Al igual que el Pehuensat, el nuevo proyecto es desarrollado por docentes y estudiantes. El concepto «aprender haciendo», utilizado en la experiencia anterior, se mantiene vigente en este prototipo.
El diseño del Pehuensat III lo ubica en la categoría «pico» que tiene hasta un kilogramo de masa y está ideado bajo la normativa del estándar cubesat. Se comunicará en banda UHF que utilizan los radioaficionados. Este sistema, que también usó su antecesor Pehuensat, abre la prestación de servicios a una comunidad más amplia de personas y al mismo tiempo permite colaborar con el desarrollo de los sistemas satelitales en la región.
El nuevo satélite tiene tres avances respecto al primero: transmitirá solo en territorio nacional (se espera que esa habilidad extienda su vida útil); tendrá un sistema de batería más inteligente que le permitirá, en caso de ser necesario, apagarse hasta su recarga completa; y por último tendrá lo que se denomina control de actitud que implica girar en una posición estable en forma permanente, un desafío de importancia para que en futuras misiones se incorporen antenas directivas o cámaras de imágenes apuntando hacia la tierra.