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La Lana de Guanaco: Ciencia y sustentabilidad en perfecta armonía

La lana de guanaco ha surgido como una fibra de lujo con un inmenso potencial en el mercado. En un mundo donde las industrias buscan alternativas sustentables y éticas, las buenas prácticas en el manejo de la fauna silvestre se vuelven imprescindibles.

by Agustín Orejas

La Universidad Nacional del Comahue (UNCo), a través del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET – UNCo), se ha destacado al trabajar junto a emprendedores locales. Este equipo ha desarrollado métodos de esquila en vivo que no solo prioriza el bienestar animal, sino que también promueven la sostenibilidad económica en la región de la Patagonia argentina.

La Lana de Guanaco: Un valor económico en potencia

La lana de guanaco es una de las fibras más finas del reino animal, comparable a la de la vicuña. Con un valor que puede alcanzar los 200 dólares por kilo en bruto, está despertando el interés tanto de productores como de empresas comprometidas con prácticas responsables. Sin embargo, su comercialización requiere cumplir estrictos protocolos que aseguran el bienestar de los animales involucrados en el proceso de recolección.

“Comenzamos este proyecto en octubre del año pasado, realizando un primer estudio para evaluar la factibilidad de manejar guanacos en la Estancia ‘La Rosa’”, explica Pablo Carmanchahi, investigador del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET – UNCo). Este enfoque resalta la importancia de la investigación científica en la mejora de la producción, así como en la creación de una economía sostenible a partir de recursos naturales.

El convenio de asistencia técnica entre el CONICET y la Estancia “La Rosa” ha permitido a científicos y productores colaborar en la implementación de prácticas que priorizan el bienestar animal. A través de la construcción de prototipos para el manejo de guanacos, el proyecto tiene como objetivo disminuir el estrés de los animales y facilitar su manejo durante el proceso de esquila.

“Estamos impulsando el desarrollo de la esquila de guanacos en silvestría como una alternativa complementaria y novedosa. Buscamos que más productores se sumen a esta iniciativa para generar un modelo de producción mixta”, menciona Tobías De Lillo, productor a cargo de la estancia. Este enfoque no solo busca rentabilidad, sino que también trata de convertir al guanaco, tradicionalmente visto como un problema por los ganaderos, en parte de una solución viable.

El guanaco es más que un recurso económico; es un elemento fundamental en el ecosistema patagónico. Su papel como herbívoro nativo lo convierte en regulador de las poblaciones de plantas, lo que a su vez afecta las dinámicas de otros animales, como los grandes carnívoros. Carmanchahi señala que esta especie no solo contribuye a mantener el equilibrio ecológico, sino que también puede generar oportunidades relacionadas con el turismo, como safaris fotográficos que resaltan la belleza natural de la Patagonia.

Además, la fibra de guanaco ha demostrado tener una demanda creciente, lo que abre puertas a nuevas vías de ingreso para los campesinos locales. El proyecto, por lo tanto, no solo busca desarrollar una alternativa productiva, sino que también fomenta la conservación del guanaco y su hábitat.

Uno de los aspectos críticos del manejo de guanacos es la atención al bienestar animal. Los protocolos de manejo establecidos incluyen mediciones precisas del estrés de los animales a través de la evaluación de los niveles de cortisol. Estas investigaciones muestran que, aunque las condiciones de hacinamiento pueden incrementar el malestar, es posible optimizar el número de guanacos por corral para reducir estos efectos.

Carmanchahi indicó que: “A partir de nuestros estudios, hemos podido observar que después de los eventos de manejo, la población de guanacos muestra cambios que indican dispersión. Sin embargo, al mes posterior, estos parámetros regresan a los niveles previos al manejo, lo que indica que nuestras prácticas son efectivas en minimizar el impacto negativo en los animales”.

Una empresa que ha comenzado a certificar estos procesos es Wildlife Friendly, que se asegura de que las prácticas de manejo cumplan con altos estándares de bienestar animal. Este tipo de certificación es fundamental, ya que agrega un nivel adicional de confianza para los consumidores interesados en productos sustentables.

Ciencia y producción: Colaboración Interdisciplinaria

La conexión entre la ciencia y la producción es esencial para el éxito de este proyecto. Según De Lillo, contar con la asistencia de expertos proporciona un marco objetivo sobre el cual basar las decisiones en campo. “Nosotros tenemos una buena observación visual y experiencias, pero la investigación proporciona datos concretos sobre las prácticas que estamos implementando”.

Este enfoque ha recibido inspiración de proyectos anteriores, como el desarrollado en Mendoza, donde se logró establecer una hilandería dedicada a la fibra de guanaco. Esta experiencia puede servir como modelo para crear un polo de producción en Chubut y Santa Cruz, donde se busca no solo procesar la fibra, sino también agregar valor a la misma para aumentar la rentabilidad de los productores locales.

Carmanchahi agrega que, aunque su labor se basa en investigaciones académicas, el verdadero objetivo es aplicar estos conocimientos en el desarrollo de innovaciones tecnológicas y productivas que beneficien a las comunidades. “Es fundamental que haya una colaboración real entre el sector público y privado para asegurar que nuestras investigaciones generen un impacto tangible en la vida de las personas”, concluye.

Mirando hacia el futuro, el proyecto aún enfrenta desafíos, incluyendo la educación y la sensibilización de los productores locales sobre las ventajas del manejo sostenible de guanacos. Carmanchahi y De Lillo están comprometidos en hacer que la Estancia “La Rosa” sirva de piloto para mostrar cómo este sistema puede ser efectivo y replicable en áreas similares.

“Queremos que los productores vean el manejo de guanacos no como una competencia a sus actividades ovinas, sino como una forma de diversificación que puede incrementar sus ingresos”, indica Carmanchahi. Esta visión se alinea con la idea de coexistencia y sostenibilidad en el uso de recursos naturales, un principio fundamental en las investigaciones llevadas a cabo por la UNCo y el CONICET.

La lana de guanaco representa una oportunidad única para integrar la conservación de la biodiversidad con el desarrollo económico en la Patagonia argentina. Con el respaldo de la Universidad Nacional del Comahue y diversos actores locales, este proyecto no solo aspira a mejorar las condiciones económicas de los productores, sino también a promover un cambio en la percepción acerca del guanaco como un recurso valioso y sostenible.

Con el continuo avance en la investigación y la implementación de prácticas de manejo responsables, la combinación de ciencia y producción puede ir mucho más allá de resultados económicos, buscando una relación respetuosa y equilibrada con el entorno natural. A medida que se desarrollan estas iniciativas, se espera que se conviertan en un modelo a seguir para otras regiones que enfrentan retos similares en la gestión de recursos naturales y biodiversidad.

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