Este encuentro reunió a estudiantes de nivel medio, docentes, investigadores y profesionales del sector, promoviendo un ambiente de aprendizaje dinámico y colaborativo.
Desde su inicio en 2014 como proyecto institucional, las jornadas han evolucionado significativamente, integrando propuestas de vinculación con escuelas secundarias. Este año, el evento destacó por su carácter interdisciplinario, abordando temáticas que incluyen biotecnología, ingeniería agronómica y ciencias ambientales. A través de proyectos en equipo y diversas actividades prácticas, los participantes trabajaron en soluciones innovadoras para los desafíos que enfrenta el sector agropecuario, evidenciando la importancia de la colaboración en la construcción de un futuro sostenible.
Las actividades propuestas incluyeron sesiones vinculadas a las Cátedras de Terapéutica Vegetal, Viticultura, Tecnología de Frutas, Manejo de Pasturas, así como talleres sobre conservación del suelo y Climatología Agrícola. La combinación de teoría y práctica permitió a los estudiantes experimentar de primera mano la vida universitaria en la Facultad de Ciencias Agrarias, donde los laboratorios funcionaron como escenarios de experimentación y los campos de cultivo ofrecieron un contacto directo con la naturaleza.
Un hito significativo fue la utilización de la Estación Meteorológica, que proporcionó datos en tiempo real para que los jóvenes comprendieran la relevancia de los factores climáticos en la producción agrícola. Además, espacios recreativos como el comedor y la cancha de fútbol facilitaron la socialización y el fortalecimiento de vínculos entre los participantes.
Las Jornadas Agroestudiantiles no solo favorecen la continuidad de los estudios superiores, sino que también fomentan un compromiso con la educación pública en Argentina. En este contexto, la actividad se enmarcó dentro de la semana de lucha y visibilización en defensa de la universidad pública, subrayando la importancia de una educación accesible y de calidad para todos.
Esta actividad se erige como un faro de esperanza, alentando a los jóvenes a asumir el reto de alimentar al mundo de manera sostenible y responsable, formando así una nueva generación de profesionales que están listos para enfrentar los desafíos del sector agropecuario con innovación y dedicación.
