En una nueva etapa de mejoras, el equipo de Servicios Generales continúa desarrollando intervenciones que embellecen y fortalecen el vínculo entre la comunidad educativa y su entorno.
La semana pasada comenzó la obra de una nueva vereda que conecta la entrada principal con la plataforma del “Festejómetro”, un espacio simbólico que celebra los logros compartidos y las emociones que atraviesan la vida universitaria. Esta conexión física, además de facilitar la circulación, refuerza la idea de que cada paso dentro del CURZAS es parte de una trayectoria institucional que se construye entre todas y todos.
A la par, se están fabricando bancos y mesas con materiales reciclados, que serán instalados en el sector verde del complejo. Esta iniciativa no solo promueve el aprovechamiento responsable de los recursos, sino que también habilita nuevos espacios de encuentro, estudio y descanso al aire libre, en sintonía con los valores de sostenibilidad que impulsa la UNCo.
Con la llegada de la primavera, las tareas de jardinería se intensifican para mantener el parque en condiciones óptimas. El cuidado de las especies vegetales, la limpieza de senderos y la renovación de canteros son parte de una rutina que, lejos de ser invisible, sostiene la belleza cotidiana del campus y contribuye al bienestar de quienes lo habitan.
Detrás de cada mejora hay nombres propios que merecen ser destacados. Reynado, Diego y Beto son parte fundamental de este proceso. Su compromiso, dedicación y conocimiento técnico hacen posible que el CURZAS crezca día a día, no solo en infraestructura, sino en identidad y pertenencia.
Estas acciones reflejan el espíritu de la Universidad Nacional del Comahue: una institución pública que no solo forma profesionales, sino que construye comunidad. Cada banco, cada flor, cada vereda nueva es una invitación a habitar el espacio universitario con respeto, alegría y sentido colectivo. Porque en el CURZAS, la transformación empieza por casa.