Un trabajo colaborativo en el que interviene la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) a través de la Facultad de Ciencias Agrarias (FACA), muestra la incidencia que tiene la actividad hidrocarburífera. El informe presenta categorías de riesgo en base a la distancia que tienen los pozos y áreas de explotación sobre ríos, canales de riego, población y actividad agrícola.
Esta investigación es una fotografía a escala regional que expone la interacción entre la explotación del gas y del petróleo y la influencia sobre el medio ambiente en el que se desarrolla.
Entre las conclusiones, el informe destaca: «nos dimos cuenta de que el avance de la industria petrolera se ha hecho de una manera no planificada con posibles impactos a áreas naturales, áreas pobladas y zonas agrícolas». También dice que «luego del estudio de la información existente, las entrevistas a actores locales y visitas a campo pudimos observar conexiones claves entre el fracking y los recursos de las cuencas».
El informe, elaborado por FACA junto al Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI), está a disposición en una plataforma integral y colaborativa denominada Obsev.ar. Desde este enlace se puede acceder al trabajo completo.
La investigación generó un mapa geoespacial de la explotación hidrocarburífera, en particular del método fractura hidráulica (fracking) y su relación con el ambiente y los recursos naturales de la cuenca del río Neuquén y río Negro.
Para esta tarea, se realizaron entrevistas a científicos y actores locales relacionados a la temática. Los que se seleccionaron tras realizar un exhaustivo análisis de la literatura existente y buscando actores sociales relevantes. Luego, se realizaron cursos locales de capacitación y mapeo participativo, donde se identificaron las áreas de riesgos potenciales según el conocimiento de los actores locales, (científicos, ingenieros, productores, educadores, estudiantes, etc).
Además, se realizaron visitas a campo a localidades y zonas de expansión del fracking, a ríos y zonas productivas, para validar lo observado en las imágenes satelitales y conocer de cerca la compleja realidad.
Finalmente, tras identificar la información geoespacial relevante, se hizo el análisis de riesgo con indicadores y se desarrollaron modelos de aprendizaje automático para analizar el cambio de uso, la cobertura del suelo y monitoreo de locaciones.
Por FACA intervinieron en esta investigación, Diego Agustín Gonzalez, Catherin Davies, Lucia Orrego y Juan Carlos Roca, mientras que por el SEI intervinieron Laura Forni, Marina Mautner y Romina Díaz Gómez.