A pesar de su origen en el seno de las universidades argentinas la FUA ha estado siempre vinculada con todos los actores sociales, desde aquellos días de 1918 en los que, obreros y estudiantes marchaban juntos por las calles de varias ciudades del país pidiendo una universidad abierta al pueblo.
La educación pública, gratuita y laica siempre ha sido siempre un postulado del movimiento estudiantil argentino, cada vez que se pretendió avasallar este derecho, la FUA al frente de miles de estudiantes estuvo en las calles para evitarlo.
Si concebimos que la educación de un hombre comienza cuando nace y termina con su muerte, no podemos pensar una universidad pública y gratuita sin una escuela primaria y una secundaria en igual condición.
Esto entendían los estudiantes reformistas hace noventa años ya que los hijos de los trabajadores, contaban con una escuela pública, concebida por la ley 1420 pero las universidades aún permanecían reservadas para algunas elites
Nuestro país alcanzó su máximo nivel de desarrollo gracias a la educación pública, en los bancos de las escuelas y bajo un guardapolvo blanco se sentó el hijo del pobre junto al hijo del rico y en las aulas universitarias aprendieron tanto hijos de profesionales como de trabajadores, que contaban además con comedores y albergues estudiantiles.
El sistema científico tecnológico argentino surgió de los laboratorios y centros de investigación de la universidad pública, y muchos de quienes allí se formaron han alcanzado un reconocimiento internacional. Algunos de ellos han tenido que buscar refugio en otros países por lo peligroso que significaba generar conocimiento durante las dictaduras o por el desprecio que sufrió la universidad en la década del ´90.
Es la educación pública la que generó en nuestro país el más importante canal de ascenso social, los hijos de inmigrantes y criollos pudieron estudiar y alcanzar un título universitario gracias al esfuerzo de sus padres, pero porque además contaban con un sistema educativo que se los posibilitaba. El libro de Florencio Sánchez “Mi hijo el dotor” refleja claramente cómo se veía a la educación en los sectores populares a comienzo del siglo pasado.
Por otro lado, la Reforma Universitaria ha sido un movimiento profundamente latinoamericanista, desde su manifiesto liminar se llama a los hombres libres de América a luchar contra toda forma de tiranía. La Universidad argentina abierta al pueblo le dio cabida a miles de hermanos latinoamericanos que vinieron aquí porque en sus países existían limitaciones para estudiar o simplemente por el prestigio académico de nuestras casas de altos estudios.
Es por todo lo expuesto que consideramos un justo homenaje al cumplirse 105 años de la fundación de la Federación Universitaria Argentina, instituir al 11 de abril como “día de la defensa de la educación pública”.